Hay amores... y amores...

Como bien decía el golpeador Sergio Facheli en sus años mozos...
Y es que hablando de amores... y AMORES, es imposible no recordar el primero... El mío fue divertido y extraño...
Estaba en secundaria cuando conocí a Leonardo. En ese tiempo yo era la típica niña "tímida", a quien le encantaba robarse las clases y escapar por las salidas de agua que había abajo de los muros inmensos de la escuela.

Todo para robarnos el carro del papá de mi amiga Gaby, que por cierto, ya se divorcio y volvio a casar (comentario sin cola by the way!) e irnos a dar una vuelta, no muy lejos claro...
La ventaja mia era que a pesar de esas diabluras, mi cara de mosquita muerta siempre me ayudo a aparentar ser la niña mas aplicada y disciplinada en clase...
Leonardo en cambio era el tipico niño rebelde, el que no llevaba las tareas, el que contestaba a los maestros y siempre, pero siempre terminaba en dirección por incumplido...
Para que se den una idea, Leonardo era un niño muy bonito, de ojos verdes, cabello castaño, muy claro, que remataba con un copetito muy sexy y moderno...
Yo, en ese entonces con mi cabello aun virgen (sin tintes o tonalizantes) lo llevaba largo y castaño claro, con rizos al estilo quinceañera (Andrea Noriega jajajajaja).
El caso es que todos los días llegábamos al salón de clase y Leonardo siempre buscaba la manera de sentarse y quedar justo frente a mi perfil, no importaba que tuvieramos lugares asignados, el quitaba "estorbos" para quedar justo frente a mi, haciendo que su mirada sonrojara mi cara toda la hora de clase...
No sacaba ni un libro, no tomaba apuntes, no hacía nada, solo mirarme toooda la mañana... motivo por el cual (por no hacer nada) siempre terminaba regañado y castigado en dirección...
A mi Leonardo me llamaba mucho la atención, no por nada su insistente mirada convertia mi cara en un verdadero tomatito, pero solo una vez cruzamos palabra, y fue cuando nos regañaron y suspendieron, yo por haberme robado una clase y el por no hacer nada (raro no?)
Esa día estuvimos buena parte de la mañana sentados en las jardineras, afuera de dirección, hasta que nos levantaron el castigo...
La única conversación que tuvimos fue para contarnos la razón por la que habíamos terminado los dos castigados, después de eso seguimos con la misma rutina de siempre: El a verme y yo a sonrojarme...
Siguieron las vacaciones y al regresar Leonardo ya no estaba en la escuela, lo cambiaron por indisciplinado. Después, ya en prepa, supe que me anduvo buscando, como que se se armo de valor para invitarme a salir...
Pero yo en ese entonces ya tenía novio, así que nunca se dio el encuentro.
Después volví a verlo y ya estaba gordo, ya no era el mismo niño bonito que solía ser...
Nos reconocimos y saludamos desde lejos, pero hasta ahí llegó la historia de amor con Leonardo...
Quién sabe que habrá sido de el... pero no estaría mal averiguarlo...