Cada vez me agrada más mi pasillo, aunque es muy ruidoso porque lo comparto con gente del espectáculo, me gusta que en las mañanas y en las tardes el aroma a café inunde cada cubículo con su característico aroma...
La verdad no soy muy adicta al café, de hecho casi no lo tomo, pero no puedo negar que su olor es muy atractivo para mi naricita porque me trae recuerdos de un lugar frío y lleno de nieve que tanto me gusta...
La encargada de preparar ese rico cafecito es una señora que es asistente de los de espectáculos y me cae muy bien.
Siempre llega un poco más tarde que yo, pero nada más la veo llegar y empiezo a preparar mi naricita para la bocanada cafetera que vendrá enseguida...
Además todos los días llega de muy buen humor y siempre me chulea, que si mi pelo, que si mi blusa, que si mi bolsa...
Lo curioso es que siempre que prepara su café llega su marido, ella le da sus taquitos y platican un rato.
Yo a veces los observo de reojo para que no vayan a pensar que soy una metiche, pero la verdad me gusta ver que en medio de tanto ajetreo que se ve por aquí y de que tampoco es bien visto que las parejas convivan mucho dentro de las instalaciones, por políticas de la empresa, ellos se sientan juntos a platicar un rato mientras se toman su café...
Luego imagino que su vida ha de ser muy tranquila, sin tantos problemas porque siempre están sonriendo, aunque ya sabemos que las apariencias engañan, ya ven el príncipe Guillermo y Kate que parecían tenerlo todo y como diria cualquier persona ¡zaz! se acabó...
Pero yo quiero pensar que ellos son felices y muy tranquilos platicando mientras terminan su desayuno...
Así transcurre mi mañana antes de que se rompa la burbuja y regrese a la realidad cuando llegan los ruidosos del espectáculo a terminarse el café y empezar con el ruido y los chismes de la farándula...
Es tiempo de trabajar...
