Mi debilidad...
Siempre me han llamado la atención los hombres que usan traje, pero no todos, hay algunos que les queda muy bien y a otros que no tanto. Pero tu te los llevas a todos...
No tienes idea de cuánto disfruto verte cada mañana de pies a cabeza, todo pulcro, planchado y trajeadito, con tus mancuernillas casuales y tus lentes oscuros que te dan un aire medio mamón del que yo sé, no tienes ni un pelo, porque eres de lo más sencillo del mundo...
Y todo eso me hace pensar en las tantas veces que nos vimos y saludamos en los pasillos o el elevador y yo sólo pensaba en lo tanto que me gustaba tu imagen impecable.
Luego me daba por imaginar que tal vez la responsable de esa pulcritud era alguna mujer de quien estabas perdidamente enamorado, y pensar en eso confieso que por segundos me hacía envidiarla mucho por tenerte a su lado...
No sé por qué tenías esa habilidad de aparecer con tu sonrisa hermosa cada vez que yo tenía un mal día o me sentía triste por alguna situación, pero con tu saludo cambiabas por completo mi mundo...
Te confieso que por esa sonrisa, en más de una ocasión sospeché que te gustaba, pero luego ese pensamiento desaparecía porque pasaban los meses y los años y no te atrevías a hablarme...
Tuvieron que pasar 4 años para que te atrevieras a saludarme después de que me despedí de ti, de beso, en un juego de boliche...
Ahora me doy cuenta de que tu sentías lo mismo que yo y que todo este tiempo ambos pensábamos lo mismo...
Pero no me importa pensar que haya pasado todo este tiempo para poder decir que finalmente estamos juntos, porque cada día, cada minuto y cada segundo valió la pena porque podemos contar nuestra historia y decir que es totalmente cierto eso que dicen de que si algo es tuyo, tarde o temprano regresará a ti.
Y hoy, después de esos 4 años de espera, podemos planear nuestra vida, nuestra boda y hacer realidad nuestos sueños y cuidar y llenar de amor a Renatita y Franco cuando lleguen a este mundo...
Ahora estoy segura de que podré seguirte viendo cada mañana de pies a cabeza, todo pulcro, planchado y trajeadito, con tus mancuernillas casuales y tus lentes oscuros que te dan un aire medio mamón, y podré imaginar que tal vez la responsable de esa pulcritud es alguna mujer de quien estas perdidamente enamorado...
Solo que ahora la diferencia será que al pensar en eso no sentiré envidia, porque sabré que soy yo quien estará a tu lado para siempre...
TE AMO!