El día que perdí mis Chanel...
No hay nada mas valioso para mi en este momento que mis lentes de Sol Chanel, no tanto por la marca ni por el precio, bueno, sí me preocupa eso...Pero más que nada es el valor sentimental tan inmenso que tienen para mi esos lentes...
La historia se remonta a poco mas de un año, cuando fui a San Francisco de vacaciones.Me tocó temporada de frío pero el Sol en las tardes pegaba fuerte y yo había olvidado mis lentes en la casa, así que aproveche para comprarme unos por allá...
Mientras recorría algunas tiendas, me encontré con una persona muy especial en mi vida, el que considere, por mucho tiempo, el gran amor de mi vida...
Resulta que estaba trabajando para una compañía de internet muy famosa, acababa de terminar su maestría en Harvard y estaba por regresar a su país a trabajar en la misma compañía, pues acababan de abir unas oficinas y le habían ofrecido la oportunidad...
Ese día se me olvido comprar los lentes, caminamos, fuimos a un cafecito, platicamos hasta el cansancio, fuimos a cenar (la cena más romantica e increible de mi vida), recordamos viejos tiempos...
Hablamos de los viajes que hicimos, de cuando habló spanglish con mis papas para pedirles permiso de acompañarlo a una boda en México y entre plática y plática esa noche no dormí, se me fue el tiempo platicando y recordando...
Al día siguiente nos vimos desde temprano y le pedí que me acompañara a comprar los famosos lentes.
Después de probarme como 30 ó más, me decidí por unos Chanel negros que según el, me hacían ver increible pues combinaban con mi cabello negro y resaltaban con el color de mi piel.Apenas dijo eso y yo ya estaba sacando mi tarjeta para que me hicieran el cargo...
Eso, y un abrigo padrísimo que me regalo, son los pocos recuerdos vivos que tengo de la última vez que nos vimos, y desprenderme de ellos es más caro que cualquier cosa en el mundo...
Por eso, anoche que regresaba del rancho en donde habíamos pasado todo el día en la alberquita y bajo el sol, chequé mi estuche, como siempre, para comprobar si traía mis famoso lentes...
Casi me congelo cuando ví el estuche vacío. Karina me ayudo a revisar mi bolsa y el carro, mientras yo me regresaba al rancho, pero no aparecían...!
Llego, toco la puerta como desesperada y entro como alma que lleva el diablo directo a la alberca a buscarlos.Pero con las pocas luces de la alberca y del jardín, no se veía absolutamente nada, me quería morir!
Me tuve que regresar a Monterrey sin ellos, pero con la promesa de que en la manana, a la luz del sol, los buscarian y regresarian a mi...
Camino a Monterrey yo solo quería llorar, sentía que perder esos lentes, era como una señal de que ya era tiempo de decir adios a ese recuerdo y dolía mucho...
Deje a Karina en su casa y, por no dejar, le hablé a Karla para ver si de casualidad ella se los había llevado...
"Sí, yo los traigo, mañana les pensaba mandar un mail a ver de quién eran"
Sólo recuerdo que me puse feliz como histérica y le pedí que me los cuidara mucho...
Son unos lentes comunes, y mas allá de su valor económico, para mi son lo mas valiosos que hay, porque son mi recuerdo de Stephen.
Esos lentes, el abrigo, una cadena y dije que dice Irlanda en celta, un osito de peluche que dice "I'm irish and proud", una camiseta del mundial de Japon, muchas rosas secas, cartitas de amor, tarjetas de florerias y el cd de Alanis Morissette, forman parte de los recuerdos que me mantienen unida a el, aunque sea sólo en el recuerdo, y me muero si se me llegan a perder...
Tal vez estoy medio loca, bueno, estoy loca por vivir del recuerdo. Me imagino que voy a ser una viejita con un baul de recuerdos del gran amor de su vida, que después enseñará a los nietos y bisnietos...
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