Ayer, mientras iba en mi carro rumbo a una sesión de fotos (todo el día anduve en la calle) de repente, de la nada pum! hice recuento de mi vida...
De todo aquello que me he propuesto hacer y que, por terca, aferrada, luchona o como le quieran llamar, lo he logrado...
Todo, menos una cosa... esa cosa que está fuera de mi alcance, que he llegado a pensar que no se hizo para mi, porque que simplemente es algo que no he logrado conquistar: el amor correspondido...
Fue entonces cuando me entró un sentimiento de frustración y coraje. Por qué yo que he logrado TODO lo que me he propuesto, cualquier cosa, por más mínima que sea la he logrado, por qué esto no?!
Jamás pensé estar en esta situación, es más, jamás hice un plan de vida, jamás pensé que a tal edad ya estaría casada y con hijos, bueno, sí lo pensé, pero jamás me imaginé ser de las amigas solteronas super arregladas que llegan a visitar a la amiga, madre de familia y desarreglada, pero que ven con ojos de envidia porque el logro de ser madre, creo yo, no se compara con todos los exitos del mundo, y jamás me imaginé llegar a ser eso...
Así que en el camino observe el mar de coches con gente adentro, en pareja, solos, con bebés, felices, estresados... y no pude evitar sentir un poco de tristeza y soledad...
De ganas de arreglarme para alguien, de ir al cine, de recibir una llamada o un mensajito al teléfono...
Y luego me invadió un sentimiento de coraje y odio tan fuerte, que manejando por constitución me salió un grito tan fuerte y concentrado, que casi me estrello contra el carro que venía adelante de mi...
En fin, no hay de otra más que seguir adelante y esperar, esperar, esperar y esperar... que como dicen, cada vez falta menos...